Muchas me preguntáis cómo es mi día a día. Otras como mi madre me repiten “no paras, seguro que no tienes tiempo para hacer tus cosas”. Y a otras os importará un pimiento lo que hago (normal). Pero como es mi blog, pues voy a contarlo (porque yo lo valgo), jijijiji. He pensado que es interesante hacer un repaso de cómo es mi rutina y así, al escribirlo, soy yo misma un poco más consciente de lo que hago para ver si puedo mejorar algunas cosas.
-Me levanto hacia las 8, buena ducha y rico desayuno, siempre algo salado como una tostada de jamón o similar. Desde hace un tiempo he cogido (por fin) el hábito de desayunar bien, aunque no todo lo sano que debería, pero he comprobado que el desayuno da mucha energía y me hace salir de casa con otro talante. Ahora estoy en busca de recetas más veraniegas y sanas para el desayuno, así que si me queréis recomendar algo, estaré encantada de probarlo.
Otra de las cosas que hago por la mañana es el tupper de mediodía (sí, soy de las que come de tupper), que siempre intento que sea un plato único contundente y fácil de hacer a la par que sano, así que como mucha ensalada y mucha verdura.
-Cuando llevo una horita levantada y con todo hecho en casa, pongo rumbo a la oficina. Y ahí empieza una frenética jornada de 8 horas: millones de mails, infinitas llamadas, risas con las compis y sobre todo, buena musiquita (me encanta trabajar escuchando temazos).
-Sobre las 11 me pasa una cosa curiosa, y es que me entra un hambre voraz como si no hubiera desayunado. Para ese momento, y para cumplir con mi objetivo de hacer 5 comidas al día, he descubierto las barritas de proteína de Bicentury, que son un buen chute de energía y me ayudan a seguir cuidando la línea. Además, las hay de 3 sabores (soy adicta a las de cheesecake, mmmm…) y me las recomendaron porque tienen una combinación exclusiva de proteínas con diferentes velocidades de digestión que se absorben progresivamente. Así que no me las salto ni una mañana. Ya me contaréis si las probáis, a mi la verdad es que me van súper bien.
-Pasa el día, me como el tupper (muchos días delante del ordenador), y a eso de las 6 de la tarde empieza el jolgorio. Hay días que me voy directa a casa pasando antes por el súper o haciendo algún recado de maruja, pero estos son los menos. Después del trabajo siempre me gusta hacer algo como lo básico de tomar una caña por el barrio, quedar con mis amigas a ponernos al día y a planificar el finde o ir a algún evento del blog.
-Los eventos del blog (tachánnnnnnnnn). Bien es verdad que nos invitan a bastantes saraos o encuentros muy interesantes y me gusta ir para conocer las novedades de las marcas y también para estar con otras bloggers. Últimamente he conseguido dosificar y no ir a todos como si fuera lo prioritario en mi vida porque es agotador y sobre todo porque no puedo descuidar otros puntos importantes como puede ser quedarme tirada una tarde en el sofá de mi casa. Dicho esto, aunque a mucha gente le parezca estresante, a mi me gusta mucho este mundillo, me ha aportado y me sigue dando muchas cosas nuevas y sobre todo me ha permitido conocer a gente muy guay y muy afín a mi. Así que, larga vida al mundo blogueril 😉
-Una vez llego a casa llega mi momento favorito. La cena. Sé que lo hago al revés, que hay que comer bien y cenar poco. Pero para mi es el momento del día, ya relajada, en pijama y en casa. Así que me gusta cenar cosas ricas. Y de ahí, a la cama. No soy muy de tele así que aprovecho el rato en redes sociales, viendo vídeos en YouTube o leyendo algo.
En resumen, no me aburro para nada y cada día es diferente y a cada cual más divertido (aunque, por supuesto, también hay días malos), pero he identificado varios fallos gordos aunque fáciles de solucionar: debo comer más equilibrado, seguir con mi rutina de 5 comidas al día, beber más agua, hacer deporte y, sobre todo, vivir más relajada y no querer llegar siempre a todo (no se puede estar en misa y repicando). Así que me pondré a ello.
Este ejercicio de redactar mi rutina diaria me ha gustado, os recomiendo hacerlo.